¿Quien soy yo para merecer tanto amor?

Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?

lunes, 19 de noviembre de 2012

Señales antes del fin

 
Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos (Mateo 24:24)

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.  
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. (Mateo 7:15-20)

viernes, 16 de noviembre de 2012

EXPERIENCIAS QUE NOS AYUDAN A CRECER EN EL EVANGELIO

¿Se lo diras? 

Proverbios 24:10-12

Y todo el que vive y cree en mi, no morirá jamas.....Juan 11:26
Juan, un amigo mio, era adicto a las drogas. Varias veces estuvo cerca de la muerte. Cuando entro al programa de rehabilitación que mi esposo y yo habíamos establecido, era un hombre deshecho. Para el final del programa, Juan se había hecho cristiano.
Un día, mientras Juan caminaba por una calle muy transitada, comenzó a ver a los apresurados compradores como los ve Dios: como gente que esta pereciendo. Había aprendido de la palabra de Dios que los que mueren sin Cristo pasan la eternidad separados de él. Con profunda preocupación pensó: Estas personas no tienen por qué morir.
Todos necesitamos ver a la gente como Dios las ve. Pero esa revelación también conlleva responsabilidad. Salomón suplicó: <<Libra a los que son llevados a la muerte, y reten a los que van con paso vacilantes a la matanza>> (Proverbios 24:11). También advirtió que una vez se abren nuestros ojos, no podemos fingir que no sabemos qué hacer. Dios quien pesa nuestros corazones y guarda nuestras almas, sabe que nosotros sabemos, y nos hace responsable de nuestros actos (v.12).
Piensa en la gente que conoces que no tiene a Cristo. No tienen por qué morir en él. Jesús dijo: <<Y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás>> (Juan 11:26). ¿Les va a dar estas buenas nuevas?

SE BUSCAN: MENSAJEROS QUE LLEVEN LAS BUENAS NUEVAS 

domingo, 29 de enero de 2012

Anecdotas valiosas para avanzar en la fe



Corintios 1:18a.


Cierta vez, cuando yo estaba en la China, entré en una ciudad, y una gran muchedumbre me cerraba el paso. Miré para ver lo que acontecía y vi que estaban apedreando a un hombre; como no podía pasar, tuve que presenciar  aquella escena. Estaban matando a un hombre arrojándole piedras en la cabeza, en el pecho y las piernas, y despedazaban aquel cuerpo arrancándole la carne. Mientras mataban a ese hombre mucha gente miraba y las mujeres se reían. 
Esto quebrantó mi corazón; yo nunca había visto tal cosa. Algunos decían que el apedreado era un ladrón; pero ninguno sabía si era cierto. Y mientras corría sangre humana la gente se reía. Esto es lo que hicieron al pie de la cruz: cuando el gloriosos Príncipe del cielo estaba muriendo, los seres humanos reían. ¿Y el mundo ha cambiado? ¡No!
Los hombres, el mundo, están burlándose y todavía escupen y escarnecen el sacrificio de Cristo, burlándose de su sangre preciosa. Cristo estaba colgado en la cruz y el mundo reía al pie de ella.


JUAN Y COMPAÑÍA

“El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que
siembra generosamente, generosamente también segará.”
¾ 2 Corintios 9:6.
—¿Puedo depositar dinero en ese banco?
Un joven de quince años, pobremente vestido se paró frente a la ventanilla del cajero del banco en el pequeño pueblo de Barwick, del estado de Georgia, EE.UU. de A. Todo su aspecto de miseria y pobreza indicaba que sería hijo de un mediero de alguna de las pequeñas granjas de la región, gente que por diversas razones generalmente se encuentra en mala situación económica. Tres hojas de cartón, metidas dentro de sus zapatos completamente gastados, reemplazaban la suela que ya casi había desaparecido.
—¿Cuánto quieres depositar, Juan? — preguntó el cajero.
—Cuatro dólares — contestó el muchacho.
— ¿A qué nombre quieres que se abra la cuenta? — La voz del hombre fue bondadosa, pues conocía al joven como un fiel alumno de la escuela dominical de la Iglesia Metodista.
— Juan W. Yates y Compañía — respondió el muchacho con la mayor seriedad.
El cajero miró a través de la rejilla con cierto aire de perplejidad. — ¿Quién es la compañía? —preguntó.
Dios — contestó el joven solemnemente—. Hoy he recibido el sueldo del primer mes de trabajo, y estoy empezando una cuenta del diezmo. Este es dinero de Dios. La historia de la vida de Juan W. Yates suena algo como una novela. Fue contador, cajero, gerente, y después jefe de la sección de abastecimiento del ejército, donde se pagaban cheques que llevaban su firma hasta por la suma de diez millones de dólares. Dos destacados pastores han descrito a este hombre como “uno de los laicos más valiosos en toda la Iglesia
Metodista”.
Su madre, Eliana de Yates, había entrado a una nueva etapa en su vida espiritual en una serie de reuniones de avivamiento, y en medio de su profunda pobreza y de la lucha por vivir, había empezado a dedicar la décima parte de todos los ingresos al Señor. Juan W. Yates guardó siempre el libro de contabilidad del diezmo de su madre, en un cajón de su lujoso escritorio, al lado de su Nuevo Testamento, y lo mostraba a decenas de miles de personas en las concurridas reuniones donde él predicó la doctrina de la mayordomía.
Dice al respecto: “Puede ser que este libro no merezca la aprobación de un contador profesional; pero estoy seguro que nuestro Padre celestial considera esta contabilidad como muy buena.” Este activo obrero en la iglesia y en la escuela dominical dice que se lo debe todo al hecho de que su madre practicaba el diezmo; su devoción a esa norma marcó el rumbo para su propia vida. — Mensajero Pentecostés.

COMO MATAR A TU IGLESIA
Salmo 11:4; 27:4; 65:4; 84:10; 93:5; 122:1; Ecl .5:1,
Habacuc 2:20; Mateo 21:13; Marcos 11:17; Juan
3:1; Hechos 2:46, 47; 1 Corintios 5:1-7; 6:1-11; 11:16;
14:33; Hebreos 10:25; Jd. 1:19; Apocalipsis 2:20-23.
En primer lugar; ¡No vengas!
Si vienes, ¡ven tarde!
Al venir, ¡ven de mal humor!
Al salir de la iglesia, pregúntate: ¿Qué valía todo esto?
¡No aceptes nunca un cargo en la iglesia! Vale más seguir criticando a los demás.
¡Visita a las otras iglesias a cada rato para enseñarle al pastor que él no es quien te manda! Hay que guardar la independencia.
¡Haz que el pastor gane su dinero! ¡Deja que él haga todo el trabajo! Al acudir al templo, siéntate muy atrás, cerca de la puerta, ¡No cantes! O si cantas, ¡Canta bien destemplado!
¡No des tus contribuciones por adelantado! ¡Espera por lo menos hasta haber
recibido lo que tu dinero vale! ¡No animes al pastor! Si te gusta el sermón, ¡cállate! Pues muchos pastores se perjudican por causa de la adulación, ¡No permitas que la sangre de él esté sobre tus manos!
¡Cuenta las faltas de tu pastor a todos los que te visiten! ¿Quién sabe si de otra manera ellos lo descubrirán?
¡No traigas nunca a nadie a la iglesia! No hagas nada para ganar a otros miembros nuevos; por lo menos mientras la congregación tenga tal pastor!
Si hay algunos miembros animados que sirven a su iglesia y que trabajan por ella, ¡no dejes de protestar contra esa asociación exclusivista!
Si tu iglesia por mala fortuna es una iglesia feliz y armoniosa, condénala por su tibieza, indiferencia y falta de celo.
Cooperando como se sugiere arriba, tú matarás por seguro a tu iglesia. —
Noticiero de la fe.
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MI AUSENCIA DE LA IGLESIA
Salmo 93:5; Eclesiastés 5:1; Hebreos 10:25.
Hizo que algunos dudaran de que el cristianismo sea real.
Hizo que otros pensaran que yo soy un hipócrita.
Hizo que muchos consideraran mi bienestar espiritual y el de los demás como asunto sin importancia.
Hizo que se debilitara la eficacia del culto en la iglesia.
Hizo que el predicador encontrará más difícil presentar el mensaje.
Hizo que los hermanos se desalentaran y, por ende, no alcanzaran una bendición de Dios.
Hizo que muchos dejaran de asistir a la iglesia.
Hizo que me fuera más difícil enfrentarme a las tentaciones del maligno.
Hizo que el diablo tuviera más poder sobre las almas perdidas.
Hizo que se propagara más el hábito de no asistir a la iglesia. — Noticiero de la Fe.
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 EL SUEÑO DE UN PASTOR
1 Corintios 15:58
Se dice que un pastor soñó una noche que él tiraba, en lugar del caballo, de un gran carretón cubierto con toldo. El trabajo era muy difícil y avanzaba lentamente, sobre todo cuando llegó a una parte barrosa del camino.
Por fin sólo pudo hacer que el carretón avanzara unos pocos centímetros. Esto le parecía bastante raro, puesto que la última vez que había mirado hacía atrás, creía haber visto a toda la congregación que ayudaba a empujar. Finalmente, cuando él estaba casi agotado, miró hacia atrás para examinar las causas de la dificultad.
Ahí se dio cuenta de que los miembros de la iglesia, no sólo habían dejado de empujar sino que se habían subido al carretón, y ahí estaban sentados, ocupados en criticar al pastor porque no tiraba del carretón con mayor rapidez. Bueno...¿y es solamente un sueño...?